Sobre arte y vida


Desde luego que no es fácil, para nada, hacer arte. Se precisan ideas y, éstas, no cualquier hijo de mecánico (ja). Si usted llegó a los 30 -excluye a los pretendidos novelistas, claro- y no ha generado una idea brillante -o idea, así de simple- pues vea algunas otras opciones. Asimismo, si ha generado ideas que no se cristalizan, si su cuentos son malos, si sus poemas no son llamados a la publicación fuera de la edición de autor (ahora hay blogs) pues tenga confianza en otras habilidades de su persona. No se moleste y proponga: "no entienden mi arte", seguramante es usted chafa. Tampoco envidie: eso sólo distrae y no permite concentrarse en su propio trabajo pseudo-artístico, de formatos borrosos y con futuro -en el mejor de los caso- kitch. Y ya que estamos dando consejos, pues va el último: siéntase un vengador, que el mundo le pague las injusticias que se han cometido con usted, desde la novia que se merecía y no tuvo, hasta la misma habilidad artística que sus genes le negaron. Suena paradójico, pero quizá sólo así, a través del revanchismo social, naturalista o amoroso, haga nacer entre sus manos un pequeño edificio arquitectónico y no un cadáver descompuesto, cotidiano y anodino, lejano del ideal romántico y simbolista. Y así la vida, en fin...